Photo by Toni Sasal
Photo by Toni Sasal

English below

 

 

Nací en el Pirineo Aragonés. Desde niña asistí a clases de pintura en el estudio de Olga Rubio, mi maestra. 

En esos años, sin ser consciente, ya quería dedicarme a la pintura, y después fui a estudiar Bellas Artes a Bilbao.

El paso por Bellas Artes abrió mi mente a otras modalidades artísticas, aparte de la pintura y el dibujo, y estuve unos años experimentando otras maneras de hacer arte, pero finalmente volví a la pintura, abrí mi estudio en Pamplona, donde trabajo y doy clases de pintura a alumnos aficionados y a niñ@s.

 

Mis paisajes y montañas del Pirineo, y los bosques navarros cercanos a mi casa, siempre han estado ahí, los paseos se han hecho imprescindibles en mi vida, e indudablemente, alimentan la inspiración en mi obra. Vivo estos paisajes de una manera natural y forman parte de mi. El diálogo íntimo con la Naturaleza es un camino para acercarme a lo divino, y quiero pintarla y dibujarla, en un afán de hacerla mía a través de mis lápices y mis pinceles. Mi amor hacia ella me hace representarla tal cual es, queriendo reproducir todo su esplendor. La forma de los árboles me parece la máxima expresión de la belleza.  Creo que mi manera de dibujar y pintar puede llegar a transmitir esa belleza, mirándola de una manera romántica, y dibujándola de una manera casi barroca. Pero sin duda mi intención es que sea de una manera contemporánea.

 

Mi forma de ver la Naturaleza se acerca más a lo abstracto que a lo concreto: no hay referencias a lugares concretos, me interesa la Naturaleza por si misma. Incluso los encuadres que elijo son abstractos, no hay perspectiva, no hay “lugar”, no hay escena. Creo que es un intento de descontextualizar el “donde”, no me interesa donde he tomado esa imágen, solo quiero la belleza y la esencia de ese trozo de Naturaleza. Cuando paseo entre los árboles, me encuentro contemplando una infinidad caótica, pero mi mirada selecciona, y surge un órden. Mi mente quiere ordenar el caos y ofrecerlo como una cura para el alma humana. 

 

Desde niña he sido una pintora realista, disfruto mucho representando lo que veo: una imagen va tomando forma a través del gesto de la mano, de las capas de pintura, de los garabatos del lápiz, de las veladuras: es la conexión entre lo que elijo para pintar y como lo pinto, traspasa el filtro de mi pensamiento y va hacia mi mano para convertirse en un dibujo o una pintura.

 

Voy separando mi obra entre dibujos y pinturas, ya que la materialidad de las dos técnicas es muy diferente. El dibujo a lápiz sugiere trabajos finos, sutiles, elegantes, etéreos. La pintura al óleo me empuja a jugar con su plasticidad matérica y con la flexibilidad de las brochas. Son dos mundos muy diferentes y los abordo de diferente manera, según lo que cada uno me ofrece, tan bonitos que no quiero renunciar a ninguno. 

 

Actualmente, estoy mas centrada en el dibujo a lápiz, me siento más cercana a su forma de expresión: la sencillez de un solo elemento, con una punta delgada, con el que poder construir una imagen, a base de miles de rayitas, manchitas, trazos, sobre la nobleza del papel, tan vacío y tan liso. Es una conexión todavía más pura entre la Naturaleza y yo, mas sencilla y plena. Creo que la pintura al óleo tiene mas trucos, mas atajos y curvas, que también es maravillosa, pero en estos momentos me siento mas cercana al dibujo.

Además del dibujo con lápiz negro, que es la esencia del dibujo, estoy experimentando con lápices de colores, utilizando el color de una manera fantasiosa: el dibujo es realista, pero trato el color de una manera irreal, aportando cierto aire de fantasía, enlazando entonces lo maravillosa que es la Naturaleza, con la fantasía del color, llevando el dibujo a un lugar un poco más espiritual y romántico. Yo diría que el dibujo en blanco y negro es real y terrenal, y el dibujo en color es fantasioso, aunque esta afirmación se ajusta a mi momento actual.

 

 

 

English

 

I was born in the Aragonese Pyrenees. As a child I attended painting classes in the studio of Olga Rubio, my teacher.

In those years, without being aware, I already wanted to devote myself to painting, and then I went to study Fine Arts in Bilbao.

The passage through Fine Arts opened my mind to other artistic modalities, apart from painting and drawing, and I spent some years experiencing other ways of doing art, but finally I returned to painting, I opened my studio in Pamplona, where I work and teach painting to amateur students and children.

 

My landscapes and mountains of the Pyrenees, and forests from Navarra near home,  have always been there, walks have become essential in my life, and undoubtedly feed the inspiration in my work. I have lived these landscapes in a natural way and they are part of me.

The intimate dialogue with Nature is a way to approach the divine, and I want to paint and draw it, in an effort to make it mine through my pencils and my brushes. My love for her makes me represent her as she is, wanting to reproduce all her splendor.  The shape of the trees seems to me the maximum expression of beauty.  I think that my way of drawing and painting can convey that beauty, looking at it in a romantic way, and drawing it in an almost baroque way. But without a doubt my intention is that it be in a contemporary way.

 

My way of seeing Nature is closer to the abstract than to the concrete: there are no references to concrete places, I am interested in Nature itself. Even the frames I choose are abstract, there is no perspective, there is no "place", there is no scene. I think it is an attempt to decontextualize the "where", I am not interested in where I have taken that image, I just want the beauty and essence of that piece of Nature. When I walk among the trees, I find myself contemplating a chaotic infinity, but my gaze selects, and an order emerges. My mind wants to order the chaos and offer it as a cure for the human soul. 

 

Since I was a child I have been a realistic painter, I really enjoy representing what I see: an image is taking shape through the gesture of the hand, the layers of paint, the pencil scribbles, the glazes: it is the connection between what I choose to paint and as I paint it, it goes through my filter thought and go to my hand to become a drawing or a painting.

 

I am separating my work between drawings and paintings, since the materiality of the two techniques is very different. Pencil drawing suggests fine, subtle, elegant, ethereal works. Oil painting pushes me to play with its material plasticity and with the flexibility of the brushes. They are two very different worlds and I approach them differently, according to what each one offers me,  both so pretty that I don't want to give up any.

 

Currently, I am more focused on pencil drawing, I feel closer to its form of expression: the simplicity of a single element, with a thin tip, with which to be able to build an image, based on thousands of stripes, spots, strokes, on the nobility of paper, so empty and so smooth. It is an even purer connection between Nature and me, simpler and fuller. I think that oil painting has more tricks, more shortcuts and curves, which is also wonderful, but at the moment I feel closer to drawing.

 

 

In addition to drawing with black pencil, which is the essence of drawing, I am experimenting with colored pencils, using color in a fantasy way: the drawing is realistic, but I treat color in an unreal way, providing a certain air of fantasy, then linking how wonderful Nature is, with the fantasy of color, taking the drawing to a slightly more spiritual and romantic place. I would say that the black and white drawing is real and earthly, and the color drawing is fanciful, although this statement fits my current moment.